Y hubo en día en que te vi con ojos de amor
y me diste alegría y pasión en mi interior,
fuiste un huracán de emociones
brotando por todos los rincones.
Pero como agua que fluye, viene y va
pronto te volviste apacible y te
esfumaste entre mis dedos,
dejando un paisaje desierto.
Te vi perderte en el horizonte
con ojos de tristeza y desconsuelo,
aprendí de mi soledad.
Y regresaste sin mareas,
sin torbellinos,.
Mis ojos ya miraban a alguien más,
cuando se volvieron a posar en ti
lo hicieron con cariño y recelo.
Ahora celebro tu dulce estancia en mi vida,
siendo un rio de consuelo
y una rayito de luz en los días nublados.
Ahora de la mano camino
con quien me ha enseñado
a andar por cualquier terreno
y mirar las maravillas de esta vida
incluso en los peores climas.
Ahora voy de la mano
de quien es mi lluvia y mi fuego.
mi presente y futuro.
Y tu eres una sonrisa eterna en mi rostro,
una promesa de que existe algo
después de la nada.
Un cariño inmenso que no espera nada
porque le basta la felicidad que el otro refleja.
S.L. Mellark
